Un relato de nuestro proceso hasta la compra de un local
11 de octubre de 2023 por la comisión de comunicación de la Villana
Una década en Doña Karlota (Vallekas)
El proyecto de la Villana está ahora cumpliendo diez años. En uno de nuestros últimos textos de auto-análisis político (“un centro social en cuatro hipótesis”) relatábamos el recorrido de los colectivos que fueron germen del nacimiento de la Villana en 2013, y abríamos hipótesis de algunos posibles futuros que imaginábamos en 2017. Seis años después de aquel texto, en Vallekas hemos hablado mucho pero no nos hemos pensado sistemáticamente ni narrado hacia fuera a través de un texto: estamos por eso en un buen momento para recuperar ese hilo, resituarnos y repensarnos: en un momento histórico, tras el nuevo desencanto post-Podemos y post-municipalismo en el plano institucional, en la post-pandemia y en una sociedad a la espera de inminentes crisis (emergencia climática, hiperinflación, crisis financieras-austeritarias, autoritarismos emergentes…), y en nuestro contexto inmediato, arraigadas en un barrio de la periferia madrileña en crisis permanente.
2020-22: un tedioso proceso de búsqueda de local y la amenaza de expulsión de Vallekas
El local de calle Montseny se nos había quedado pequeño, e impedía el crecimiento y evolución del proyecto. El control de la propiedad de ese local estaba pasando cada vez más a los hijos del actual propietario, y como suele ocurrir en estos casos, buscaban sacarle una mayor rentabilidad que la que recibían por nuestro alquiler, especialmente en el contexto de expectativas de revalorización por la Operación Puente de Vallecas. La amenaza de una expulsión repentina del local, sin una alternativa viable y asumible, ponía en riesgo la “base de operaciones” que actualmente sostiene a una red de más de quince colectivos y a un amplio tejido colectivo.
Ya en 2019 arrancó una comisión que ha sostenido un largo trabajo de búsqueda de locales, visitas, análisis de ventajas e inconvenientes de cada espacio… y después de tres años, la situación no era especialmente esperanzadora. Zulos infectos, sótanos, oficinas, cascarones derruidos, alguna posibilidad que se nos esfumó por adelantársenos una cocina fantasma… Y sobre todo, precios por las nubes.Teníamos por delante un denso proceso de toma de decisiones, y tras varias fechas límites pospuestas, y gracias a renegociaciones en paralelo del alquiler de Montseny, el plenario decisorio fue en diciembre de 2022. Teníamos tres locales candidatos, tanto en alquiler como en compra, y el proceso de deliberación y consenso resultaba delicado tras algunas discusiones y dadas las complejas variables a valorar, y las distintas potencialidades y límites de cada uno de los tres locales. Finalmente, el 14 de enero de 2023 preparamos el plenario con mayor volumen de documentación que recordamos, nuestra comunidad se comprometió con los debates y el consenso concluyó exitosamente en la compra de “la Guardería” del parque Amós Acero, tras nueve horas de plenario.
La apuesta: un endeudamiento colectivo a través de un crédito a COOP57
Si normalmente las compras de inmuebles se firman en pareja en el marco de las familias nucleares, la apuesta de la Villana nos ha llevado a una apuesta colectiva amplia, con mucha ilusión y mucho trabajo. Ilusión por la apuesta por seguir juntas a futuro, y mucho trabajo por todos los papeleos, burocracias y curros que implica el proceso de endeudarse y sus correspondientes dificultades. Y en este proceso, hemos probado todas las formas de uso de los espacios: primero okupando (en el primer Seco), después en un espacio municipal en cesión de uso (en el segundo Seco), posteriormente alquilando (en Montseny) y actualmente nos vamos a lanzar a comprar para garantizar así nuestra estabilidad a futuro.
Frente a los debates de blanco y negro sobre cuál es “la mejor” figura para un Centro Social, en la Villana hemos comprendido que una condición básica de nuestra política es garantizar el sostenimiento del espacio a lo largo del tiempo. En un barrio como Vallekas, una “base de operaciones” lo suficientemente estable ha sido condición de posibilidad para buena parte del tipo de actividades que hemos desarrollado (escuelita, PAH, despensa, clases de castellano…). Las relaciones que se han establecido y las propias capacidades de la comunidad política han sido posibles en buena medida gracias a no vivir bajo la preocupación constante del sostenimiento económico del local; primero gracias al modelo de alrededor de 200 a 300 socias que han sostenido el alquiler y gastos de Montseny, y ahora esperamos que gracias a la fuerza del compromiso en el endeudamiento colectivo, con avales, socias, donaciones y préstamos. Por otra parte, la existencia de esta “base” en régimen de alquiler o propiedad no ha sido contradictorio con okupar, como por ejemplo lo demuestra el hecho de que la PAH Vallekas (y sus múltiples ocupaciones) tengan ya la mayor trayectoria como colectivo en la ciudad de Madrid. En resumen, dada la nueva crisis de los Centros Sociales en Madrid, el caso de La Villana nos ha permitido (y obligado) a plantearnos seriamente la cuestión del dinero, y la maduración de la comunidad en ese sentido ha sido clave para poder lanzarnos a la hipoteca.

Económicamente, la apuesta nos va a suponer una inversión de aproximadamente 600.000 euros, entre la compra del local, una reforma compleja, y los impuestos. Es poco, si lo comparamos a nivel de escala con el dinero que mueve un negocio normal en una ciudad como Madrid, pero es mucho, si lo comparamos con las escalas de la mayor parte de colectivos madrileños cuya capacidad económica se mueve básicamente en cantidades pequeñas y formas de financiación más o menos sencillas. En este sentido, esta apuesta nos va a permitir avanzar y complejizar en la dimensión de estrategias de financiación y sostenimiento económico ante las cuales tenemos no demasiada experiencia. Para ello, estamos en el proceso de solicitud de un crédito a una estructura clave de la economía social como es COOP57, que nos está ayudando enormemente a que nuestro proyecto sea serio, viable y sostenible.
Algunas líneas de sindicalismo social para el futuro en Vallekas
El trabajo sostenido durante la década 2013-2023 de los aproximadamente quince colectivos que formamos ya la Villana ha permitido consolidar una posición de referencia, y dinamizar, el ecosistema de Vallekas, un ecosistema que podría crecer si potenciáramos más relaciones entre las distintas tradiciones políticas existentes. En este plano, un reto a futuro es seguir contribuyendo a la apertura del ecosistema vallekano para hacerlo más permeable a los sectores políticamente emergentes que en muchos casos no encuentran canales de participación ni mecanismos concretos de alianza.
Por nuestra parte, esta apuesta nos debería permitir consolidar el trabajo político de nuestros colectivos, así como avanzar en líneas que en los últimos años han quedado relativamente aisladas o abandonadas. El cambio de local podría ampliar nuestro territorio de acción más allá de nuestro actual enclave de Montseny-Sputnik, y si conseguimos seguir creciendo, podríamos pensar en lanzar nuevas iniciativas políticas: entre otras muchas posible, con los sectores dominicanos y latinos que tienen una fuerte presencia en San Diego, con la juventud migrante de “segunda generación”, con dispositivos de intervención más concretos dirigidos a luchar contra la potencial gentrificación del Puente de Vallekas, generando nuevas alianzas con la historia de lucha en torno a la salud comunitaria en Centros de Salud como el Vicente Soldevilla, o con dispositivos relacionados con la explotación en el trabajo que en buena medida sigue privatizada en nuestras vidas laborales individuales (siguiendo, por ejemplo, la línea de algunas propuestas recientes de “redes de apoyo laboral”, como ADELA en Carabanchel, la RAL en Vallekas o el Sindicato de Barrio de Moratalaz…).
En fin, la apuesta Villana por la compra de un nuevo local, de facto, nos supone apostar a largo plazo por seguir construyendo juntas una comunidad de lucha para cabalgar los próximos estallidos sociales. Seguimos avanzando en el proceso de debate colectivo para orientarnos en los revueltos mares de la política vallekana y madrileña. Seguimos apostando por construir una comunidad de lucha ambiciosa, para contribuir a nuevos ciclo de luchas y oportunidades políticas que sean capaces de poner contra las cuerdas a los poderes del capital.